Datos personales

Mi foto
Me gustan las labores desde pequeña, he hecho muchas pero no tengo constancia de casi ninguna porque las he regalado sin hacerles fotos. Esté blog nace casi como un diario de labores/manualidades y un pequeño homenaje a las personas que me han enseñado. Si alguien pasa por aquí y le gusta algo tiene mi dirección y mi ayuda en lo que me pida

miércoles, 19 de enero de 2011

TOALLAS

Mi madrina era muy distinta.
Cuando era pequeña le dolía la pierna y los médicos no encontraban ninguna anomalía que justificara su dolor.  Pero ella cojeaba cada vez más y se agarraba a las paredes para poder caminar. Los abuelos se preocuparon y como la niña seguía quejándose a pesar de que ningún médico en Sevilla le encontraba el origen de la cojera, pensaron que era para hacerse "la interesante" en una casa de catorce hijos.
Y la llevaron a Madrid, a López Ibor que tampoco pudo justificar ni el dolor ni la locura, pero ella se dió cuenta de que no la creían. Me lo contó con una especie de rencor sordo, sin queja, sin rabia.
Al cabo de los años le diagnosticaron una tubérculosis ósea, muy poco frecuente y menos en el fémur, pero para entonces ya no tenía la cabeza del fémur, el micobacterium se la había jalado a base de dolores.
Se llamaba Dolores, y aunque en mi familia el nombre de la madrina era el que se le ponía a la niña, ella no quiso poner su nombre, sin más explicaciones.
Llevaba unos zapatos de tafilete hechos a medida, para unos pies muy pequeños, y con un alza de veinte centímetros, por lo menos, para evitar que la columna se le torciera; nunca usó zapatillas, salía de su cama calzada con aquellos zapatitos desiguales. Siempre me impresinó que viviera atada a sus zapatos, que nunca anduviera descalza.
Hacía labores con una parsimonía inalcanzable, incluso desmadejaba los ovillos de Fabra Coats - bebé para que la lana estuviera más esponjosa al tejer la única toquilla que hacía cada vez que alguien nuevo nacía en la familia. Recuerdo sus manos impolutas deshilando despacito sobre un paño de hilo blanco que sostenía en sus rodillas...y no le he visto hacer más que esa toquilla, una alfonbrilla para el cuarto de baño de punto enano y los tirabuzones, ni siquiera recuerdo en qué estaba haciendo el remate, probablemente un tapete o algo así.
 Cuando era yo pequeña hacía unos jerseys blancos con perritos bordados y botones de madroños hechos con lana a la vez que la tirilla, pero cuando le pregunté por ellos para hacerlo, dijo que hacía mucho tiempo y se le había olvidado


 Estas toallas son para mi hija, pero están hechas con su memoria porque aunque nunca me enseñó, me hipnotizaban sus manos ¡ tan lentas! que  puedo rehacer cada uno de sus movimientos.

5 comentarios:

  1. Carla, no sé que se hizo del comentario anterior, ni una pista, así que repito: magnífico homenaje a Tía Dolores, un fiel y laborioso retrato......y aluego tus toallitas¡¡¡¡¡¡¡¡ preciosas¡¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  2. Queremos másssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡ más escritos inteligentes, íntimos, vivaces, queremos un libro yaaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ muchos besos, tesoro

    ResponderEliminar
  3. Cómo eres!!!!!
    No tengo mucho tiempo para escribir, el que tengo lo gasto en hacer, ten paciencia

    ResponderEliminar
  4. parece que todo lo que sale de tus manos es siempre una obra de arte. Preciosas toallas, quién las tuviera!..

    ResponderEliminar
  5. HIJAPUTA... sera tuyo todo lo que haga todo lo que soy

    ResponderEliminar