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Me gustan las labores desde pequeña, he hecho muchas pero no tengo constancia de casi ninguna porque las he regalado sin hacerles fotos. Esté blog nace casi como un diario de labores/manualidades y un pequeño homenaje a las personas que me han enseñado. Si alguien pasa por aquí y le gusta algo tiene mi dirección y mi ayuda en lo que me pida

miércoles, 2 de marzo de 2011

SESENTA


Ella tenía casi treinta y yo era su cuarta hija.
Cuando estaba en el Valle recuerdo el orgullo con el que pensaba en ella,  me había enseñado a saltar a la comba, era joven y guapa, muy guapa
La recuerdo por el callejón del Agua, camino de la Puerta de la Carne con un "tontito" azul embarazada de algún hermano pequeño andando despacio con la abuela y yo detrás, con Rafael, el del canasto.
    Tengo pocos recuerdos privativos de mi infancia  aunque si la admiración que sentía por ella
Solo guardo en paño dos historias:
Cuando me iba a Granada, llamaron del Colegio Mayor por cuestiones de admisión y  madre hablaba probablemente con la Directora muy animada. Estábamos en la biblioteca de casa y de pronto bajo la voz, se dió la vuelta y la oí susurrar : ..."no van a arrepentirse nunca de tenerla en el Colegio"
 La segunda fue muy posterior, vivían ya en lso Bermejales y  yo pasaba allí las Navidades.
Fuimos a la Misa del Gallo a una capillita pequeña, cerca de la casa, padre, madre, Rosalía y yo,
El párroco, aquel párroco de  quien padre dijo,cuando hizo el panegírico sobre madre, que estaba enamorado de ella, nos recibía en el pasillito al pie del altar. Padre, que era todo bulla para coger el mejor sitio, pasó y Rosalía detrás de é.;  yo me quedé esperando a madre y la escuché decirle bajito: ...es la mejor de todos.
No me lo podía creer. Se refería a mí. Era la carta de presentación que me ha
El otro testimonio es gráfico.
Seis días antes de morir, celebrábamos el cumple de padre y se me ocurrió regalarle un jersey rosa  porque era el color que mejor le quedaba. A padre le regálé un plagio de una poesía que escri´bió cuando tenía veinte años y el plagio consistía en hacer transcurrir el tiempo y contemplarlo al lado de madre.
Ahí está su cara escuchándome, mirándome... como yo nunca me hubiera imaginado que ella me viera
Estaba leyendo el poema plagiado
PD: Cuando llegué se estaba duchando, me hizo quedarme con ella en el cuarto, se puso el jersey que lleva puesto con un modesto alfillerito en el escote... y no me dejó que me pusiera el traje de estreno que llevaba en la maleta, quería estar conmigo y juntas con Reyes salimos hacia Jamaica contándonos la historia de los zapatos que llevaba puestos y que yo conservo.
Hoy, mi cerebro entero está invadido por ella, sólo me queda una neurona acordándose de que mi madrina me hubiera regalado un billete de 50 pesetas (en mi santo eran 500) y un paquete de un kilo de caramelos de Mauri
CONTINUARÁ. me voy al Cole