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Me gustan las labores desde pequeña, he hecho muchas pero no tengo constancia de casi ninguna porque las he regalado sin hacerles fotos. Esté blog nace casi como un diario de labores/manualidades y un pequeño homenaje a las personas que me han enseñado. Si alguien pasa por aquí y le gusta algo tiene mi dirección y mi ayuda en lo que me pida

domingo, 6 de febrero de 2011

LA CAMISITA


A medida que acababa el festón del escote pensaba que bordado copiar de todos los que tengo, y no me costó mucho elegir.
En el verano del 88 mi suegra estaba recién operada, radiándose con cobalto, era un cáncer de cuello de útero, y reponiéndose porque entró de urgencia en el quirófano con dos litros de sangre en el cuerpo.
Pasábamos quince días de vacaciones y a la hora de irnos Lala le pedía llorando a mi marido que por favor me dejara un poquito más. Y me quedé.
Nos pasábamos todo el día sentadas bajo un enorme ficus al que llamábamos el bella sombra, bueno, sentada yo porque a Lala mi suegro le había preparado una "cama jardinera" con una sábana de flores verdes y azules preciosa y estaba tumbada casi todo el tiempo. A su lado yo cogía alguna labor,estaba embarazada de seis meses, y hablábamos, mucho y de todas las cosas. Se pasaban las horas como minutos en aquel jardín. No había nada que nos robara la intimidad que compartíamos en aquellas largas y saltarinas conversaciones. De vez en cuando un bañito en la piscina, un aperitivo o merienda, la comida en la mesa de piedra... incluso alguna visita incluyendo las de mis cuñadas, como yo, recién casadas, pero que no alteraban en nada el halo surgido entre las dos.
Así, un día en que yo había acabado la primera camisita de las que me cortó la abuela, Lala me la quiso bordar, un bordado sencillo, de lencería vintage se diría hoy, y lo hizo. 
Ese es el bordado de la primera camisita de su bisniet@ bordado por su abuela. 
Cuando he ido a enseñarle a Lala las dos camisitas se ha emocionado 


sábado, 5 de febrero de 2011

PRIMERA POSTURA


He disfrutado muchísimo con el primer jersey.
Lo empecé el día en que se cumplían los tres meses de embarazo y ya sus padres han visto sus manitas y su cuerpecito de siete centímetros cobijado en la barrigita de mi niña.
Los puntos volaban mientras yo podía oler su carne tibia, su boquita buscando desesperadamente y sus ojitos negros como el azabache, como una fiera.
La veía de blanco, ¡ qué bonita estaba con los ropones blancos! con el ceño apretado para no cerrar los ojos porque se estaba durmiendo... y no quería perderse nada.
Nos sentábamos en la cristalera y mientras le hablaba ella me miraba entendiéndolo todo, sostenida por almohadas pero sentadita jugando con su gatito blanco y negro mientras yo cosía sus primeros vestiditos.
Ahora será ella la que disfrute siendo madre, pero yo disfrutaré de dos maneras, viéndola a ella y sintiendo esa vida nueva que prolonga mi vida y la renueva